¿Puede la tipografía ser tema de conversación para no diseñadores? ¿Puede un tipo de letra tener fans y detractores? Por supuesto.

Desde que la Comic Sans se hizo un hueco en Windows 95 hemos convivido con ella. Sí, cualquier diseñador nos dirá que es tosca, incómoda y a partir de ahí irá subiendo el tono hasta vociferar en un idioma similar al arameo, pero al mismo tiempo está por todos lados.

Y cuando decimos todos lados queremos  decir que podemos encontrar Comic Sans incluso a decenas de metros bajo los Alpes en instalaciones dignas de algún archienemigo de James Bond. Porque los científicos del CERN hicieron lo que ningún guionista de Big Bang Theory hubiera imaginado, presentar el descubrimiento del Bosón de Higgs con un power-point hecho en Comic Sans. Puede que sea verdad que cada vez que un científico utiliza esta tipo Dios mate un gatito de Schrödinger, pero la verdad es que con ese gesto unos tipos que trabajan en laboratorios subterráneos hablando de cosas que nadie entiende demostraron ser humanos.

Presentación Bosón de Higgs

Presentación Bosón de Higgs

También la Comic Sans ha sido utilizada por algunos artistas. Como Cory Arcangel, que durante la exposición «The sharper image» en el Museo de Arte Contemporáneo de Miami Norte modificó su web cambiando todos los textos a Comic Sans, algo que ya había hecho antes, cuando relanzó el dossier de prensa de la Whitney Biennal en la tipo maldita.

Por cosas así teníamos que incluir esta entrada en el Quiero y no Puedo. Y porque al fin y al cabo, frases como «Hay rabas los domingos» las hemos visto muchas más veces escritas en Comic Sans que en Helvética, y eso es algo que nuestro subconsciente guarda con cariño.