jesusmoreno. arguis. pirineos sur. octubre 2016.

Los ochenta no fueron una buena década para el jazz. en realidad, ¿alguna lo ha sido? sí, claro, si lo miramos desde la óptica creativa (¡ésa, por otra parte, debería ser “la óptica”!). porque allí están esos indiscutibles cuarenta o los sesenta y… marcando estilo. ¿pero buenas para el jazz, fuera de esa visión? bueno, seguro que a alguien (siempre) le fue bien y esto del jazz (o así) ha ido para adelante .

yo, en los setenta, me había ido enfangando, y en los ochenta, el caso es que terminé empantanao. y de aquellos ochenta recuerdo mucho jazz saliéndome por las orejas (y no descarto algún otro orificio). un collage de cosas que venían con la misma etiqueta (o así) y que iban de las que abominaba a las que me hacían perder la cabeza. fueron los años de la (para mi, insípida) jazz fusión; del intento de las “figuras históricas” de retomar su puesto en el escalafón; del revisionismo hard bop y el marketing de los “young lions” clonadores, a la sombra del clan marsalis; de las catacumbas para los herederos del free (ah!, aquellos lofts primeros ochenta…)… de un no parar de buscar.

Entrada de la segunda gira europea de la Knitting Factory.

Entrada de la segunda gira europea de la Knitting Factory.

a finales de esa década, un tal michael dorf monta, en nueva york, en los locales que habían sido sede de una empresa dedicada al textil, la knitting factory. un club. quizá debería decirse mejor (por realismo y no llevar a engaño y falsas ideas) un antro o tugurio. un local de reducidas dimensiones y amplias miras.

desde que abrió sus puertas en el 47 de houston street (posteriormente cambiaría de sede, pero eso… es otra historia), la knitting fue refugio y escaparate de una vanguardia/underground jazzística/o (y no jazzística/o, ya que dio cabida a proyectos de imposible, mas que de difícil, clasificación) que no tenía cabida en los locales para el turisteo jazzístico, en la city de las casas de muchos pisos. (por otra parte, la knitting terminó siendo meca del turisteo jazzístico modernote “japo”). por su programación pasaban, regularmente, tim berne, butch morris, james blood ulmer, thomas chapin, mark dresser (¿alguien recuerda su encantador paso por el jai alai oscense, poniendo bso al perro andaluz de buñuel???? ¡jodida noche de frío de verdad!), los jazz passengers… y por supuesto ese semidios (¿me he quedado corto?) que es el saxofonista john zorn, uno de los músicos más influyentes en la vanguardia neoyorkina de las últimas tres décadas.

Crónica del concierto de Mark Dresser en el Jai-Alai.

Crónica del concierto de Mark Dresser en el Jai-Alai. Huesca, 1999.

no conforme con programar lo que para no pocos era (cuando se acercaba al jazz), “jazz marciano”, decidió también enlatarlo y venderlo al mundo. eran los primeros tiempos del cd, ya casi en los noventa, y nació knitting factory works. un sello que ofrecía una selección (creo que muy aleatoria y solo en parte representativa) de lo que pasaba por el escenario de la kniting. un ejemplo de ese ponche-collage son los cd´s recopilatorios en los que hay de todo. los, por entonces, buscadores de nuevas emociones seguro que seguirán reescuchando con gusto aquello de los defunkt o de los passengers, lo de un joe morris que andaba abriéndose camino (¡y como lo ha hecho!), del siempre oscuro william hooker o del infravalorado mark dresser, los homenajes (coltrane y ayler) de prima materia, sin olvidar a ese gran (inmenso y añorado) thomas chapin. pero si hubo una patada en la boca del estómago, ésa fue la serie de grabaciones del saxofonista charles gayle. con unos directos, en principio, cuyo sonido dejaba mucho que desear. pero eso, directos… donde más duele. no eran las primeras grabaciones de este hombre, que ya había hecho algunas para el sello sueco silkheart, pero, por entonces, éstos eran unos discos más que inconseguibles en nuestro país. una serie de grabaciones/discos, por otra parte, seminales, ya que se presentaban como el nuevo jazz americano y pese lo que pese a los revisionistas, eso fue y marcó tendencia.

gayle era una figura muy del underground, ese territorio oscuro de perdedores, luchadores contracorriente, zumbaos y medio visionarios a los que dio cobijo la knitting. gayle emergía, en la escudería del sello, como un hombre de largo y oscuro recorrido. un hombre que había comenzado su andadura en la edad de oro del free, llegando a colaborar con algunos de los popes del género. Luego, el hundimiento, los años de oscuridad. durante años gayle fue un músico callejero. en realidad, un homeless. un sin casa –figura recurrente en la prensa en el cambio de los ochenta/noventa–. tocaba en el metro (¡el underground!!!). y en la knitting (donde no creo que sacara mucho más). aquellas largas cabalgadas en sus “repent”, “testament”, “more live at knitting factory”, “ancient of days”… adobadas con su particular religiosidad o el corrosivo anti entertainer, pintado de clown, son los cimientos de la carrera que un outsider ha ido creando a la sombra de trane y ayler. ¡qué mejor!!!

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JESÚS MORENO

JESÚS MORENO

jesusmoreno

Jesús Moreno. Huesca 1958. Ejemplo de aficionado musical de amplio espectro. El clásico para todo sirve, para nada aprovecha. Impulsor de audiciones musicales ya en sus tiempos colegiales, mediados los setenta. Gusta de diversos estilos, del folk a la electrónica, pero no se ruboriza al reconocer su predilección (de largo) por el free jazz y sus derivados. Fundador de diversas asociaciones (Contrabajo Jazz, con la que se programaron ciento y muchas actuaciones). Miembro del dúo de impro electroacústica nst freestyle (actuaciones en Bleep!, Periferias…). Colaborador de diversas publicaciones de temática jazz (Cuadernos de Jazz -redactor-, Contrabajo, Margen, Jazz Red, Improjazz, Jazzology, Diario del Altoaragón). Ha escrito notas de discos («Tete Montoliu en La Trompetilla»). Programas de radio (Radio Huesca/SER, Radio Kasco Viejo… actualmente, Club de Jazz. en la red). Como fotógrafo ha publicado desde en el boletin de Bohaires (gaiteros gascones) a la italiana Jazz Colours, pasando por la web del Columbia Chicago College. Desde hace años viene manteniendo blogs (o zurret de artal, desde mi cadiera, estrapalucios y fatezas, alparceando de fatezas).