Acto inaugural del Festival Periferias exclusivo para abonados

Magnífica propuesta la que ha comenzado este año el Festival Periferias de cara a promocionar y fidelizar su programación. Una fiesta previa, casi oculta y solo disponible para las personas que habían comprado el abono del Festival antes del pasado 17 de Octubre. Con menos de 48 horas de antelación, los abonados fueron avisados de que para premiar su fidelidad, la dirección del festival había preparado un acto previo exclusivo para ellos.

Les citaron el pasado domingo a las seis de la tarde en la puerta principal del Centro Cultural del Matadero y allí se llegaron a juntar dieciséis personas. Bullía un clima de desconcierto y cierta confusión porque la dirección había sido muy críptica con el evento, tan solo tenían claro que era un acto previo exclusivo para abonados. Pues bien, en la puerta del Centro Cultural se encontraba aparcado un minibús, al cual se invitó a subir a todos los agraciados para poder proseguir con el acto. A partir de ahí todo se enrareció (si cabe) un poco más, de cara a aumentar el secretismo (quizá), los abonados fueron obligados a taparse los ojos, para iniciar así una especie de Magical Mistery Tour a lo oscense, con banda sonora de jotas en el autobús y todo. Pilarica, Pilarica…

Sorprendéntemente nadie se quejó, puso pegas o quiso bajar del vehículo, todos participaron del juego y esperaron pacientemente a que el director del Festival, Luis Lles, les dijera que ya habían llegado al lugar del evento y podían quitarse la venda de los ojos. Comenzaba el acto de inauguración. Tras unos segundos de ubicación, todos los presentes se dieron cuenta de que nos encontrábamos en el interior del Castillo de Montearagón, un emplazamiento histórico perteneciente a la época musulmana de la ciudad y situado a unos siete kilómetros de distancia del núcleo urbano.

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Allí, y de forma discreta estaban situados: un pequeño altavoz, una guitarra acústica y un micrófono, nada más, ni una tela con algún lema del festival o que anunciara lo que iba a suceder a continuación, nada. Tras unos tensos minutos de espera y como si surgiese de la nada, apareció el artista invitado para esta fiesta vip de los abonados, era nada más y nada menos que Enrique Bunbury.  Su aparición causó conmoción, lógico, y se pudo escuchar desde el típico “vamos, hombre, no me jodas” mezclado con gritos de emoción y cánticos con el nombre del cantante.

Enrique, persona educada donde las haya, agradeció a los asistentes y al festival la oportunidad que le habían brindado. Explicó brevemente que su actuación iba a consistir en tres canciones acústicas y que la gente podía elegirlas, que estaba dispuesto a enfrentarse a ese reto. Rápidamente se escuchó “Toca el tractor amarillo”, a lo que Enrique respondió, “esa es demasiado fácil”. Con unos papeles y un rápido recuento de votos las canciones elegidas fueron: “Infinito”, “Lady Blue” y “De Mayor”, aspecto que Enrique no se tomó demasiado bien porque son canciones del comienzo de su etapa en solitario, así que incorporó una cuarta al set, el single de su último disco, “Despierta”.

Con la emoción fluyendo por todo el castillo y Enrique dándolo todo, ocurrió lo insólito, la verdadera experiencia del Magical Periferias Tour, en uno de los estribillos, en los que Bunbury canta sin parar “Despierta”, apareció por una de las ventanas del castillo, Iker Jiménez. El shock fue instantáneo, incluso Enrique dejó de tocar, pero al parecer era algo que tenían pactado entre él y el presentador desde hace días como una manera de terminar con algo de humor ese mini concierto tan especial. Al parecer a los dos personajes les une bastante amistad desde la grabación del videoclip de esta misma canción, en la que Iker Jiménez fue invitado a participar.

IKER JIMÉNEZ visita las inmediaciones del Castillo de Montearagón

IKER JIMÉNEZ visita las inmediaciones del Castillo de Montearagón

Con el gran gurú del misterio se inició otra vuelta de tuerca, otro disloque, parecía un guía turístico, habló de muertes en el castillo, de conjuras, de luminarias y cuando parecía que los ojos le iban a estallar dijo que estaba en condiciones de asegurar que había confirmado una leyenda oscense, “existe una camino secreto entre el Castillo de Montearagón y la Catedral”, y no se conformó con decirlo, invitó a todos los abonados a recorrerlo como parte de la actividad. En esa parte de la actividad no participó todo el mundo, pero fue una experiencia bastante extraña, aunque muy divertida, Iker fue hasta la zona de la iglesia del castillo, en la cual levantó un par de losas bastante grandes (Iker está muy fuerte), tras las cuales podía verse una escalera de piedra con forma de caracol.

Siete de los abonados, Enrique Bunbury y un servidor nos introdujimos en ese pasadizo el cual nos llevó casi dos horas recorrerlo, prácticamente a oscuras, un camino estrechísimo y lleno de todo tipo de porquerías, aderezado por Iker, que estaba al comienzo de la comitiva y no paraba de hablar de leyendas y mitos oscenses, desde Pusilibro hasta Tordocop.  Una vez llegamos a la catedral, en medio de la capilla principal, hubo ronda de aplausos tanto a Enrique, a Iker y al Festival, había sido una tarde distinta y muy pero que muy entretenida.

Bunbury aún tuvo tiempo de firmar un par de abonos y hacerse un par de selfies. Y a partir de aquí, comienza el festival propiamente dicho, para abonados, asiduos, itinerantes y todo tipo de personajes. Viva Periferias, viva el Magical Mistery Tour.